Gobierno de Colombia y las FARC acuerdan un histórico cese del fuego en La Habana

Lo anunciaron el gobierno y las FARC. La guerrilla dejará las armas. Es un paso crucial para la firma de la paz que se haría en 2 meses. Resta el proceso de verificación y un plebiscito.  


“Las delegaciones del Gobierno Nacional y de las Fuerzas Armadas de Colombia informamos a la opinión pública que hemos llegado con éxito al Acuerdo para el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo; la dejación de las armas”. Con esas palabras, la jefa de prensa del Comisionado de Paz anunció, desde La Habana, el histórico acuerdo que pondrá fin a un conflicto armado de más de 50 años en Colombia, un paso indispensable para sellar la paz.

Durante tres años y medio, en Cuba se tejió un complejo acuerdo que debería empezar a extinguir el último enfrentamiento bélico en América, que dejó 260.000 muertos. La fallida lucha por el poder que sostuvo durante décadas esa guerrilla de origen campesino y orientación comunista, está tocando su fin gracias al proceso iniciado en noviembre de 2012.

El compromiso firmado hoy consagra por primera vez un alto al fuego de forma definitiva y el desarme de la organización, imprescindibles para dar el último paso hacia la paz. Así, gobierno y rebeldes han convenido cinco de los seis puntos que se definieron para terminar con la guerra interna. Esos son el fin del enfrentamiento, la reparación de las víctimas, el desarme, el narcotráfico y el problema agrario. Queda por acordar el mecanismo de refrendación de todo lo pactado y sub puntos de temas ya acordados. Más allá del procedimiento (un plebiscito), los colombianos serán quienes deberán respaldar o rechazar en las urnas los compromisos de La Habana.

“Mañana será un gran día! Trabajamos por una Colombia en paz, un sueño que comienza a ser realidad. #SíALaPaz”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien había advertido ayer que muy posiblemente se acordaría el cese del fuego esta semana.

También la delegación de paz de la guerrilla informó su parecer sobre el histórico paso. “Estamos en un momento histórico hoy es #ElÚltimoDíaDeLaGuerra, la paz nos engrandece como especie”, escribieron en su cuenta oficial de la misma red social.

El documento anuncia que mañana se realizará un acto para presentar el acuerdo hacia el mundo. Estarán en la ceremonia Santos y el jefe de las FARC, Timoleón Jiménez, alias Timochenko. Por los países garantes participarán el presidente de Cuba Raúl Castro, y por Noruega, el Canciller, Borge Brende. También asistirían el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon y los países garantes de la negociación, y de Chile y Venezuela, que oficiaron de acompañantes.

En tregua no oficial desde julio de 2015, las FARC y el gobierno se comprometen a bajar las armas. El punto sobre el fin del enfrentamiento incluye además el desarme de los rebeldes bajo verificación de la ONU, garantías de seguridad para los ex combatientes y el compromiso del gobierno de combatir a las bandas armadas de origen paramilitar.

En septiembre de 2015, las partes anunciaron uno de los acuerdos más complejos de la negociación, que es el paso de los guerrilleros y paramilitares por la justicia transicional, conformada por jueces colombianos y extranjeros. Buscan así sancionar a los responsables de delitos graves y garantizar que nunca más se repetirá el enfrentamiento. Como parte de ese acuerdo, habrá amnistía para los combatientes de las FARC que apenas se hayan alzado en armas, y los que estén acusados de delitos de lesa humanidad recibirán penas alternativas de presión si confiesan sus crímenes.

En diciembre del año pasado también se firmó otro acuerdo clave, que tiene que ver con la reparación de víctimas. El conflicto colombiano deja además de los 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,6 millones de desplazados, según cifras oficiales. Esta parte trabajó sobre el acercamiento para que las heridas puedan cicatrizarse y que los conflictos no se extiendan esta sociedad lastimada por la guerra interna.

Históricamente, las FARC justificaron su lucha armada en la defensa de los campesinos pobres y víctimas de la violencia estatal, y en la redistribución de la propiedad agrícola altamente concentrada. En mayo de 2013 anunciaron un acuerdo con el gobierno que prevé la concesión de tierras, acceso al crédito y la instalación de servicios básicos en zonas de conflicto.

Las FARC depondrán las armas para convertirse en un partido político, uno de sus principales requerimientos durante los años de conversaciones en La Habana. En noviembre de 2013, suscribieron un pacto que les otorga garantías legales y de seguridad para que puedan competir en elecciones e incorporarse a una vida política que nunca transitaron y que durante mucho tiempo repudiaron por tratarse de lo que supieron llamar el “circo de la burguesía”. (clarin.com)

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